Muchas veces
los directores o productores se encuentran con el desafío de cómo plasmar los
éxitos televisivos y discográficos, sobre un escenario para darle vida a una
obra de teatro, sin que su resultado sea un híbrido que decepcione a gran parte
de la platea. Sin embargo, Ruben Roberts termina potenciando al DVD original,
con una puesta en escena colorida, dinámica, entretenida y original. Claro,
están las mismas canciones que los padres nos hemos cansado de escuchar en nuestras
casas, pero con una estructura de show que mantiene la atención de principio a
fin de todos los presentes. Y así, salimos todos felices.
La historia
en sí, respeta al gaucho Zenón y a esa entrañable granja, que se completa sobre
el escenario con una inmensa pantalla gigante. Así, aparecen los simpáticos
animales esperados por todos: El gallo Bartolito, la Pata, el Pavo y la Pava, el
Pingüino de frac, La Vaca Lechera, La Gallina Turuleca, el Lorito Pepe y el
caballo Percherón. Cada uno con sus respectivas canciones, aunque un mínimo de
correlato entre canción y canción, lleva un cuento por lo bajo.
Las
canciones de la granja son las originales, haciendo que el público infantil
reaccione ante el mínimo acorde. Así, el reconocimiento es inmediato y la
atención es constante. Una obra que nunca decae y así la platea está contenida.
Otro acierto, además de lo amigable de sus personajes y de la agilidad con la
que se mueven, es la duración de menos de sesenta minutos.
“Canciones
de la Granja” es la oportunidad de vivir en primera persona, la experiencia que
nuestros niños se deben imaginar en cada una de las canciones. Un show que se
disfruta en familia, sobre todo cuando vemos a los más pequeños aplaudir y
moverse al compás de esos encantadores animalitos.
Por Mariano Casas Di Nardo
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