Lo mejor de
“El crédito” es su nombre, el cual no nos adelanta absolutamente nada. Ni su
género ni su historia. Y eso, para quienes se dejan llevar por la calidad de
sus protagonistas, es ideal. Porque de una obra dirigida por Daniel Veronese y
con un elenco conformado por Jorge Marrale y Jorge Suárez, no puede resultar
otra cosa que algo bueno. Muy bueno en esta ocasión.
Si el teatro
es un acto de fe, como dicen muchos; esta obra merece hasta una peregrinación.
Porque la presencia escénica de esta dupla es impecable. Dinamismo puro en
escenas cronometradas que parecieran no tener ni una respiración de más. Van,
vienen, vuelven y comienzan a ir en cada momento. Una estructura en teatro muy
conocida pero pocas veces lograda.
Jorge Marrale
es Gregorio, gerente de un banco al que acude Antonio (Jorge Suárez) para pedir
un crédito. Y como el cliente no cuenta con ningún aval legal, más que su
palabra de honor, recurre a su verborragia y autoestima para encolerizar al
hombre que para ese entonces ya no sabemos si es su amigo, enemigo o
confidente.
“La profecía
autocumplida” podría titularse esta crítica, como también “dos inmensos actores
al unísono sobre un mismo escenario”. Porque “El crédito” es eso y mucho más.
Todo lo no contado en este texto, es obligación conocerlo y disfrutarlo en
persona. Una obra de teatro rasa, bien dirigida, mejor actuada, con puntos de
giros constantes, que nos desconciertan por momentos y por otros nos confirman
que todas sus piezas son las correctas. Arte en movimiento puro. Del mejor.
Por Mariano
Casas Di Nardo
@MCasasDiNardo
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