Todo tiene
arte en el universo de Bigolates de Chocote. Su música, su vestuario, sus
personajes, sus historias inventadas y su sentido de la infancia. Canciones
inteligentes que tratan al niño de igual a igual y que no lo subestima en ningún
momento. Eso sí, requiere de una cierta edad para ser comprendido en su
totalidad, aunque los más pequeños, si no encuentran la historia en el aire, al
menos se van a entretener con la amplia variedad de estímulos que despliegan
sus integrantes a lo largo de todo el show.
“Un paso
pa´delante” es un recital de cuatro talentosos artistas, acompañados por dos
músicos extras. Todo amortiguado por gags que le dan risa y sentido al hilo que
une a todas sus canciones. Un total de
diecinueve temas, entre las que se destacan por demás, “Hay una reunión”
con coreografía gestual, “Dejame jugar” y “Simona”. Mención aparte para
“Cachirulo, mi perro imaginario” donde Verónica Belloni sobredimensiona su
persona y despliega todo su histrionismo. En todas las performances puede observarse un homogéneo trabajo de
grupo, donde al parecer, ninguno cumpliría las expectactivas sin la presencia del otro.
En teoría, Bigolates
de Chocote son Adriana García (voz), Verónica Belloni (voz), Patricio Famulari
(guitarra y voz), Emmanuel Abbruzzese (percusión y voz) y María Marcela Herrera
(voz). Sin embargo esta última, presumimos que no participa del show por haber
sido madre recientemente, motivo que ellos mismos argumentan y por eso la hacen
participar desde un teléfono animado. Recurso válido, que sostiene a su integrante
original aunque no esté en persona. Los otros músicos, que hacen y no hacen a
las canciones son Julián Cusmano y Pablo Di Bella. Todos ellos, suenan
realmente bien. Y el entusiasmo de la sala, sobre todo del participativo
público, lo demuestra.
Entre
canciones, juegos y personajes imaginarios, la agrupación Bigolates de Chocote
logra generar un efectivo clima festivo, el cual rompen cada vez que le
recuerda al público la compra de su disco a la salida. Un mensaje subliminal
que al principio divierte, después molesta y al final aburre. Claro, los chicos
encantados, los mayores con una carga que quizás no quieran ni puedan asumir.
El show
llega a su final, y cada uno se queda prendido al ritmo que más lo encantó.
Mientras algunos despejan la sala al compás de “Gardenia”, otros lo harán bajo
el estribillo de “Un monstruo”, aunque su mayoría lo hará susurrando “hay una
reunión, en el medio de la maceta…”. “Un
paso pa´delante” es una obra musical ideal para aquellos niños que quieran
ser parte de una historia y soñar que juegan con sus héroes durante un poco más de
una hora”. Muy recomendable.
Por Mariano
Casas Di Nardo
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