Versión libre de Ariel Osiris y Alejandro Borgatello,
sobre el clásico de James Matthew Barrie creado en 1904, que Walt Disney hizo
famoso en el mundo entero en 1953. Pero es aquí El Capitán Garfio (Franco Dabove) con su cómplice Sakir (que hace
de Smee), quienes se llevan la atención de todos los pequeños, por su impronta
escénica. Enfrente, de la vereda del bien, Peter Pan (Matías Ghioni) en su
versión más punk, con pelo largo y tatuajes, intentará que el villano no se
consagre como el rey de Nunca Jamás. Para ello cuenta con la ayuda del Cacique Nube
Roja (Marcos Gómez), Wendy (Anush Bustos) y Reina Titania (Nadia Ostratiki).
La obra cuenta la historia de Peter Pan y sus amigos, quienes
ven interrumpida la paz en Nunca Jamás, cuando El Capitán Garfio, en su afán de adueñarse de
la isla, le roba el polvo mágico a la reina de las hadas. Y ya con sus superpoderes, intenta hechizar al mismo Peter Pan para que se sume a sus secuaces.
Una historia muy bien narrada y distribuida en los casi cincuenta minutos que
dura el relato.
Con la atención de los chicos desde el minuto inicial, la
obra consigue sus puntos más fuertes en las peleas de espadas entre los dos
protagonistas, en el pequeño espacio que permite el escenario del
Terraza Teatro Bar.
Las coreografías también son para destacar, además del vestuario, sobre todo en
los personajes de El Capitán Garfio y Reina Titania.
Actuaciones correctas, un hilo conductor que no deja caer la
atención, y canciones con diálogos desopilantes, que traccionan de inmediato
las risas de los más pequeños. “Peter Pan y las aventuras de Nunca Jamás” es
una linda opción para ver teatro en familia del universal repertorio infantil.
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