Caperucita Roja robándole el Príncipe Valiente a
Blancanieves bien podría ser el inicio de cualquier interesante obra. Sin
embargo, es el adorable epílogo de este infantil que de principio a fin logra
su cometido, el de capturar la atención de grandes y chicos. Porque lo absurdo
de lo que va sucediendo obliga a estar atento. Todo puede pasar en un cuento
donde el hilo conductor está completamente deshilachado y los personajes más
famosos, no solo olvidaron su libreto, sino que intentan imponer sus voluntades
en fábulas ajenas.
Había una vez un cuento desordenado, trata sobre un mágico
libro que contiene las historias más importantes de la literatura infantil.
Quien altere su orden, hará virar lo escrito y quien lo lea, viajará por esas
aventuras junto a sus protagonistas. Y son Luciano y Belén, quienes
desobediendo las instrucciones de su abuela, se pierden en un bosque encantado
cual reino del revés. Una vez en él, ya nada es como lo pensaron y tendrán que
poner todo de sí, para enderezar el rumbo de una nave que no va hacia ningún
lugar.
Muchos son los pilares sobre los cuales se basa el éxito de
la obra escrita y dirigida por el dúo Gastón Olivera y Silvia Tommarello. Y a
lo inédito de su libro, hay que sumarle la acertada selección de personajes y el andar de los mismos. Un vestuario acorde a la puesta y una iluminación
precisa, son el marco ideal para que se luzca la original música de Tommarello. Todos
detalles que demuestran que no se subestima en ningún momento la idea primera.
Irrumpen Juan José Barocelli en su papel de Luciano y Mariángeles
Gagliano como Belén y todo será llevadero gracias a la naturalidad con la que
actúan. Se cuela entre ellos, la belleza y presencia de Vanina Balena como
Blancanieves y la ingenuidad y simpatía de Fernando Rodríguez Dabove como el
Príncipe Valiente. Y aunque la intensidad no baje en ningún momento, son las
participaciones de la bruja de la manzana envenenada, las que eleva la obra a
un nivel superlativo dentro su género.
Había una vez un cuento desordenado es la excelencia del
teatro infantil. Producción, guión, musicalización y actuación alistados de
forma sincera, para divertir a los más chiquitos y a los padres, que por rebote,
disfrutan por igual. Y ya nada será como nos habían contado una y otra vez,
tanto el inmortal Walt, como los otros autores universales.
Por Mariano Casas Di Nardo
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