martes, 11 de septiembre de 2018

"No es amor es deseo"

La obra “No es amor es deseo” es un absoluto acierto. Y demuestra que para la innovación en lo que respecta al arte, no hace falta pasar límites, llegar a lo extremo, reducir la duración de la obra, invocar a la pornografía o lo inverosímil, sino creatividad, el talento. Porque es un trabajo que se presenta en tres episodios, que bien pueden verse por separado, pero que en su totalidad, es donde logra su éxito narrativo y conceptual, el cual elaboró el dúo Patricia Suárez y Sandra Franzen.

“No es amor es deseo” son tres episodios teatrales de una hora de duración cada uno que se presentan con 15 minutos de intervalo entre sí. Primero es “El corazón del incauto”, dirigida por Sandra Franzen y protagonizada por Anahí Gadda, Nicolás Barsoff y Diego Cassere. Aquí se cuenta una historia de amor de la Argentina de 1925, en las afueras de Buenos Aires. Tal vez el relato más crudo de los tres, con actuaciones sobresalientes de sus tres artífices. Cada escena parece una fotografía o una poesía de la más opresiva. En segundo término llega “El despertar de la ingenua”, con la dirección de Herminia Jensezian y las actuaciones de Victoria Reyes Benz, Renata Marrone y Daniel Dibiase, este último, dando cátedra de actuación. Aquí se muestra un triángulo amoroso en Paris que sutilmente conlleva su conexión con el anterior episodio. Por último y como historia final, “La tentación de Marta Ortiz”, donde la directora María Laura Laspiur le da fuerza a Mónica Felippa, Mathias Carnaghi y Laura Castillo. De vuelta a los suburbios capitalinos, son sus actrices quienes potencian estos hilos de traición, deseo y locura. Para un recuadro la última escena con la potencia escénica de Castillo en el rol de la misma Marta Ortiz.

La obra, claramente, habla de amores surgidos de las pieles de mujeres, que enjuiciadas por sus propios deseos, actúan, ejercen su seducción y penan en el delirio. Destacada composición musical de Florencia Albarracín y diseño de vestuario de Alejandro Mateo.

Aunque a priori podría ser no muy digerible por sus casi cuatro horas de duración total, “No es amor es deseo” es una excelente y muy interesante propuesta, que pasa desapercibida ante el reloj, por una historia que se completa con su tercer episodio y que logra con brillantes actuaciones, su valor más atrayente.

Por Mariano Casas Di Nardo
Foto: Fernando Martino


1 comentario: